La fiscalía española ha pedido esta semana 61 años de cárcel para un exentrenador de un club de baloncesto por 19 delitos de agresión sexual a sus jugadoras, entre ellos pedir fotos íntimas a varias de ellas a través de la red social WhatsApp.
El extécnico, que era el segundo entrenador, ha sido juzgado en la Audiencia Provincial de Alicante, en la Comunidad Valenciana, y ha negado los hechos con el argumento de que nunca hizo tocamientos con la intencionalidad que se le atribuye aunque sí ha admitido que contactó con dos de sus pupilas para pedirles que le enviaran fotos de sus pechos.
Sí ha manifestado que les dio abrazos como fórmula para mostrarles apoyo porque algunas estaban desanimadas por el trato que recibían de su primer entrenador y también ha reconocido que las cogía para subirlas “a caballo” o como si se tratasen de “un saco”, aunque ha asegurado que se trataba de “un juego infantil” habitual en el comportamiento de los equipos deportivos
Reconoce parte de los hechos
Respecto a los hechos que le atribuía la Fiscalía, solo ha reconocido que contactó a través de una aplicación de mensajería para teléfonos móviles (WhatsApp) con dos de las jugadoras para pedirles que le enviasen fotos de sus pechos y ha añadido que fue una manera “torpe” de buscar la “integración social” entre los compañeros, con la que tratar de demostrar su masculinidad porque arrastraba problemas de integración desde la niñez al padecer tartamudez.
Los hechos objeto de juicio tuvieron lugar entre los años 2021 y 2022, durante la relación que el acusado mantuvo con al menos 14 jugadoras del club en esa temporada, todas ellas menores, con edades comprendidas entre los 14 y los 17 años.
De acuerdo con el relato sostenido por la Fiscalía, el encausado las sometió a diversas acciones con ánimo de satisfacer sus deseos libidinosos y con pretensiones de índole sexual.
- El ministerio público mantiene que en los entrenamientos el hombre besaba, abrazaba y tocaba a las víctimas, al ponerles la mano en la cintura, en las caderas, en los muslos o en el glúteo, lo que provocaba incomodidad y agobio en las víctimas.
- Además, tenía conversaciones privadas a través de redes sociales con las chicas en las que les proponía quedar a solas, fuera de las actividades del ámbito deportivo, o les enviaba fotografías de un pecho desnudo, a la vez que les pedía que le enviaran fotos de sus partes íntimas.
Finalmente, el presidente del club de baloncesto interpuso denuncia ante la Guardia Civil para poner de manifiesto los hechos que le habían transmitido los padres de las jugadoras, lo que dio pie, después, a la apertura de la causa judicial.
En el juicio han comparecido varias de las jugadoras, que han confirmado que el entrenador se había ganado su confianza y que era “cariñoso”, por lo que tenían un trato cercano hasta que se iniciaron los envíos de los mensajes
Los afectados
Algunas de las testigos han señalado que sentían “incomodidad” por la forma en la que las abrazaba y que así se lo transmitieron. Y que después de conocer lo sucedido a otras compañeras dieron otro significado a esos abrazos.
El presidente del club ha explicado que, al tener constancia de las quejas de los padres, hablaron con el acusado y que éste les confesó que había presumido ante los compañeros de tener alguna relación con una jugadora, aunque era falso. Finalmente interpuso la denuncia después de saber del envío de los mensajes y su contenido.